Un Lápiz por favor

Antes de comenzar a escribir, me pase mas o menos veinte minutos para encontrar un lápiz, no puede ser que en casa de estudiantes no puedas encontrar un lápiz, pensé, luego me detuve y volví a pensar “Estas eran palabras de mi padre” (ya me doy cuenta lo que sentía mientras lo decía). volviendo a la búsqueda del lápiz. Me pase 20 minutos buscando un dichoso lápiz, con el cual comenzar mi relato, al final encontré uno, pero no tenia punta, en ese momento recordé haber visto en la cocina unas maquinitas que le había comprado su padre a mi hijo. Después de tenerlo todo me puse a sacar punta, pero parecía que fuera en vano puesto que antes como terminar la punta ya estaba rota, me dio tanta rabia que rompí el lápiz en tantos trozos como pude y el ultimo trozo, al no poder romperlo con las manos, le pegue un mordisco. ...De nuevo a buscar un “jodido lápiz”. Recordé haber visto uno en el cajón de la ropa interior de mi hijo, de inmediato fui allí a buscarlo, parecía que me estuviera esperando, lo encontré a la primera, afine la punta y comencé mi relato. Al cabo de unas cinco palabras, note que el trazo se hacia mas grueso, no soporto escribir con un lápiz de punta redonda, pero no fue problema porque tenia la maquinita, luego de haber sacado punta unas cuatro veces la cosa se hizo muy tediosa e incomoda, se me estaba acabando la paciencia y con ella la inspiración. al final llegue a una conclusión: cuando vuelva a IKEA cogeré mas lápices.

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